Salud mental de niños, niñas y adolescentes en tiempos de pandemia

“Tratar con cuidado, contiene sueños”, esta frase del filósofo y escritor italiano Mirko Badiale sobre el cartel invisible que todos los niños y niñas llevan, nos invita a practicar mejor la empatía, especialmente con nuestra población infantil. Son ellos, quizás, los más afectados y golpeados emocionalmente por la pandemia COVID 19.

Ellos, hechos de un material frágil, inocente y creativo, con mentes efervescentes que transforman su mundo en juegos, con necesidades especiales que nos recuerdan que cada uno de ellos son seres únicos e irrepetibles, quienes en silencio claman por nuestra empatía.

Los adultos, como padres, tíos o hermanos, debemos garantizarles una infancia segura, una salud mental adecuada. Lo dicen las cifras de esta pandemia, en las que día a día aumentan los pacientes con afectaciones por un cambio al que no estaban preparados, en el que creció la pobreza infantil, la desigualdad, los suicidios, la violencia y muchas otras cosas más.

Situaciones que, como adultos, debemos afrontar con solidaridad, tolerancia, comunicación asertiva, creatividad, cuidado y en especial con respeto y convivencia. Atentos, porque la salud mental va más allá de padecer un trastorno, se trata de un elemento vital para la cotidianidad tanto de niños como de su entorno familiar; pero en ellos, niños y niñas, en sus primeros años de vida, es donde se marcan parámetros cruciales para garantizar una salud mental ideal en su vida adulta.

¿Cómo mejorar?

Desde la Gobernación de Santander nuestros expertos del programa Psicosocial de la Oficina de Seguridad y Salud en el trabajo SST, en el marco de la celebración del día del niño, traen para todos los funcionarios, una serie de recomendaciones, para poner en práctica, a través de pasos sencillos que permitirán, con certeza, que sus hijos tengan una infancia feliz y una vida adulta plena en cuanto a salud mental se refiere.

Lo primero es dedicarles tiempo, lo que significa calma, ante todo. Papitos, sabemos que no es fácil y conocemos de primera mano lo que ha ocasionado esta pandemia al interior de miles de hogares: miedo, enfado, angustia, asombro, confusión y mucho más, pero debemos tomar un respiro y volver a todo aquello que en tiempos pasado fue mejor; así que la invitación de hoy es a abrir el baúl de sus recuerdos y a poner en práctica nuestro segundo paso del día, a ser creativos, con juegos y actividades, procure la unidad familiar y mejore la convivencia entre los miembros de su equipo.

Lo anterior, sin olvidar que el mundo sigue y que las rutinas diarias no deben cambiar, ayude a su niño o niña, a estructurar su día a día, en el que involucre: levantarse temprano, lavarse los dientes, cumplir con sus deberes escolares y en casa, recibir sus clases y por supuesto, tengan un espacio privilegiado para la diversión y el descanso.

Si por alguna razón su paciencia llega al límite, vuelva al inicio, tómese un segundo y… respire. Evite el castigo físico, en su lugar promueva la disciplina, usando viejos trucos como las recompensas y premios. Recuerde estar atento a una alimentación saludable, mente sana en cuerpo sano, pero sobretodo respete las diferencias, acéptese y acepte a los demás tal y como son.

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